Cuando pienso en el dĂa de San ValentĂn o 14 de febrero recuerdo mis dĂas de la escuela sobre todo durante la secundaria y preparatoria, fue ahĂ donde este evento se volvĂa la locura y era esperado por los adolescentes con especial alegrĂa; si me conoces bien y lees esto sabrás que yo no era una de esas adolescentes entusiasmada esperando este dĂa; aunque hubo una ocasiĂłn que recuerdo con especial cariño; pues habĂa flores por todos lados, muchos dulces y hasta mi mejor amiga se disfrazĂł de un corazĂłn enorme y todavĂa hoy me parece increĂble todo lo que a ella se le ocurrĂa, ella era/es muy valiente, extrovertida, divertida, todo lo contrario a lo que yo soy; asĂ que hoy quiero dedicarle esta receta a ella; despuĂ©s de todo es el dĂa de la amistad tambiĂ©n y muchas veces se nos olvida.
La vida nos ha llevado por caminos separados pero de alguna forma cuando nos encontramos vuelvo a sentir esa chispa de adolescente y es como si el tiempo no pasara, recuerdo hacer mil y un cosas juntas, cantar locamente, hacernos bromas y juegos bobos e incluso viajar juntas. Encontrarse amistades asĂ vale la pena celebrarlas pues no es comĂşn descubrir personas que a pesar de ser tan diferentes son al mismo tiempo tan parecidas. Si tienes la suerte de contar con amigos entrañables o una persona especial, esta receta sin duda es para ti.Â
Estos alfajores son un bocado caĂdo del cielo, es como morder una nubecita dulce y una vez que la muerdes llegas al centro untuoso y aterciopelado del dulce de leche, ¡un verdadero manjar!. Además parece un postre al que le dedicamos mucho cuidado pero en realidad con suficiente tiempo y los ingredientes adecuados puedes tener un regalo de san valentĂn perfecto y sencillo de hacer.
Te prometo que si le regalas estos alfajores a alguien que estimes, te lo agradecerá siempre. Asà que lúcete con este postre para este 14 de febrero o cualquier otra ocasión especial.
đź’• Receta de Alfajores de Maciena con Dulce de Leche đź’•
Â
- FĂ©cula de maĂz - 300 gr.
- Harina - 200 gr.
- Polvo para hornear - 11 gr.
- AzĂşcar - 150 gr.
- Mantequilla - 250 gr.
- Yemas - 4 pzas.
- Extracto vainilla - 1 cda.
- jugo de limĂłn - 30 ml.
- DecoraciĂłn:
- AzĂşcar glass: 100 gr.
- ¼ cdta. Colorante rosa en polvo.
- Dulce de leche - 400 gr.
- Coco rallado - 150 gr.
- Precalentar el horno a 160 °C.
- Cernir en un recipiente la fĂ©cula de maĂz, la harina y el polvo para hornear; una vez cernidos reserva para utilizar más adelante.
- Acremar la mantequilla con el azúcar, batir hasta que tenga una consistencia suave, asegúrate de que la mantequilla esté a temperatura ambiente para que todo sea más fácil.
- Agregar las yemas una a una, batir muy bien cada que incorpores una yema para evitar que queden en el fondo o en las paredes de tu recipiente.
- Incorporar la vainilla y el jugo el limĂłn.
- Añadir los ingredientes secos poco a poco hasta obtener una masa compacta y uniforme.
- Reposar la masa por 2 horas mĂnimo en refrigeraciĂłn. A mi me gusta dejarla toda una noche, siento que la textura de los alfajores queda mucho más delicada entre más repose.
- Extender la masa de alrededor de una grosor de ½ cm, no deben ser demasiado delgados pues es una masa delicada y puede romperse con facilidad.
- Porcionar con un cortador para galletas. Para esta receta yo he usado dos: uno redondo y otro en forma de corazĂłn pero puedes usar las figuras que tu quieras.
- Colocar en la charola con papel encerado o en una bandeja antiadherente y hornear a 160°C por 20 minutos aproximadamente o hasta que la parte inferior este ligeramente dorada.
- Dejar enfriar sobre una rejilla.
- Espolvorear azĂşcar glass solo las galletas que tengan el recorte al centro.
- Rellenar con el dulce de leche, colocar una galleta espolvoreada con azĂşcar glass, con cuidado de no tocar el azĂşcar.
- Delicadamente cubre los bordes con el coco rallado.
Â
Â
Te dejo una canciĂłn clásica perfecta para celebrar la amistad, eso y que ahora en mi casa estamos obsesionados con los beatles y todos los dĂas los escuchamos, nos llegĂł tarde la “beatlemania” pero eso si llegĂł para quedarse.
Comentario